Cuando los naranjos casi florecían y la primavera daba su canción.
Se marchaba el Taita las sombras cubrían las perladas teclas de su bandoneón.
Nos marcos sinceros, el recto camino pienso y era erguido como el urunday.
Casi en primavera este correntino se fue con el viento como el sapukái.
Al Taita Cocomarola nuestro recuerdo más puro pues lo llevo con cariño
por el sendero seguro.
Al Taita Cocomarola el triunfo de nuestra fe que siempre será sin duda
EL Taita del Chamame.